Desde su nacimiento hace más de dos décadas, Kabuki ha tenido como “leit motiv” ofrecer una experiencia más allá de la gastronómica, en espacios donde los clientes puedan deleitarse con la mejor gastronomía nipona y fusión, seña de identidad del grupo. Kabuki Madrid es la culminación de esta aspiración. Surge en el corazón de la capital con tres conceptos en uno, un bar, una sala de restaurante y una terraza, de próxima apertura.
Queremos que nuestros clientes disfruten de la sala en todo su esplendor; que a los que les apetezca un picoteo o un cóctel tengan esa opción en nuestro bar y que aquellos que quieran disfrutar de un exquisito terraceo madrileño, puedan hacerlo.
El chef Alejandro Durán, con trece años en el grupo, lidera la cocina de Kabuki Madrid y ha preparado una oferta fiel al espíritu de la cocina Kabuki donde predomina una materia prima excepcional y la sencillez de las elaboraciones, introduciendo toques mexicanos y novedades derivadas del uso de la robata y el wok.
El director del restaurante es Sergio Gutierrez, profesional de amplia experiencia, mientras que Silvia Ortúñez, sumiller del restaurante, gestionará la carta de vinos de 600 referencias de vino, sake y champán de la que podrán disfrutar nuestros clientes.
El bar abre desde el mediodía al cierre del restaurante por la noche, con carta de sushi, tapas y snacks, donde además de una amplia carta de cócteles clásicos y propios, ofrecemos un extensa selección de whiskies japoneses -aunque no faltarán clásicos escoceses.
Para los amantes de comer al aire libre abrirémos próximamente en el patio de manzana, una pequeña terraza para atender una veintena de personas en un entorno agradable y aislado, enmarcado por una relajante decoración, donde podrán disfrutar de la misma carta que en sala.
Un apunte sobre el diseño de Maurice Sanz, arquitecto que ha dado alma estética al Grupo desde su fundación hace más de dos décadas. Es la culminación de un espacio pensado para el cliente, cómodo y elegante, porque para Kabuki lo más importante es que sus clientes se sientan como en casa. Dos apuntes del interiorismo: la iluminación, tenue en general y luminosa en cada mesa, y la acústica estudiada para que no existan rebotes o vibraciones con elementos de absorción del sonido.